Por primera vez en cientos de miles de años, la concentración de CO2 atmosférico
sobrepasó los 400 ppm durante un año completo. La causa: el impacto de la
especie humana.
Desde que descubrió el uso del fuego, el hombre fue alterando el
paisaje y la vida del planeta, a velocidad creciente. Además de ser considerado por
varios autores un partícipe necesario de la extinción masiva de la Mega fauna del
Pleistoceno (mamuts, milodones, gliptodontes, mastodontes, etc), el hombre se las
ingenió para incrementar exponencialmente las emisiones de carbono y destruir
sistemáticamente sus sumideros terrestres.
Hasta ahora, las eras geológicas eran consecuencia de fenómenos naturales, lentos
e inmanejables para las criaturas vivientes. Hoy los científicos dan por inaugurado
el Antropoceno, la era geológica donde los humanos somos la principal fuerza
interviniente. No es para estar muy orgullosos por esto, como veremos mas
adelante. El aumento de la concentración de gases en la atmósfera produce efecto
invernadero y la temperatura media del planeta se eleva incesantemente
generando lo que llamamos “calentamiento global”. Las consecuencias se perciben
claramente en la alteración del patrón de lluvias: sequías prolongadas seguidas de
eventos de lluvia o nieve de excepcional intensidad, con aumento de la frecuencia e
intensidad de inundaciones. En este contexto aumentan los riesgos de escasez de
agua y alimentos en muchos países y se incrementan el riesgo de la agricultura y la
economía del planeta. El pH de los océanos baja, por absorción de CO2 en forma de
ácido carbónico, y esto causa la pérdida de aproximadamente 30% de los arrecifes
de coral del planeta. El incremento de la temperatura provoca el aumento del
volumen de los mares y el derretimiento de los casquetes polares. El fenómeno es
mucho mayor en el Artico, donde se espera que para fines del presente siglo ya no
se encuentre hielo. De continuar la actual tendencia, en menos de dos siglos
tendremos las masas de hielo continental y ambos casquetes polares derretidos. El
nivel del agua del mar ya tiene un aumento medible. Los modelos predictivos
estiman que para 2100 el mar podría ascender entre 0,5 y 2,2 metros. Esto pone en
situación de emergencia a miles de ciudades y poblaciones que están construidas
en cotas muy bajas. Para cuando se derritan los casquetes polares, se estima que el
mar aumentará 70 metros. Según el National Geographic, cuando esto suceda
Buenos Aires quedará en el fondo de una bahía que incluirá buena parte de la
cuenca del Plata y llegará hasta Asunción del Paraguay.
El Antropoceno, la era que vivimos, presenta una amenaza catastrófica para el
mundo. La humanidad deberá tomar decisiones muy importantes en poco tiempo,
con el desafío y las dificultades que esto implica.
La creencia generalizada es que la causa del aumento del CO2 es la emisión de
gases debido al consumo de combustibles fósiles para las actividades humanas
(energía domiciliaria, transporte, industria). Esto es real pero parcial. Emitimos
cada vez más, pero las emisiones tienen varios orígenes. Otras causas relevantes
son la deforestación y cambio de uso de la tierra, la agricultura con tecnología
inapropiada, la desertificación del 80% de las tierras de pastoreo, el uso
indiscriminado del fuego, y el inadecuado manejo de los residuos y efluentes de las
ciudades.
Las emisiones son como canillas abiertas echando agua en una bañadera. Lo que
pocos miran es que además de la canilla abierta está el desague tapado. El
problema no son solo las emisiones, sino también el estado lastimoso de los
sumideros. El lugar original del carbono atmosférico es el suelo. Según Retallak,
antes de la aparición de la especie humana los suelos del planeta tenían unos 400
Gt más de carbono, que hoy están en el aire. Esto equivale a unos 200 ppm de CO2.
No solamente emitimos cada vez mas, también destruímos los suelos que son los
sumideros de carbono más importantes.
Desde el Protocolo de Kyoto en adelante, el foco de la mitigación fue puesto en
reducir emisiones. Por supuesto que sustituir a los combustibles fósiles y
rediseñar la ecuación de generación y consumo de energía de la humanidad es un
desafío gigantesco e imprescindible. Los resultados hasta el momento han sido
nulos (las emisiones globales post Kyoto aumentaron en lugar de disminuir) y
esperamos que los acuerdos alcanzados en París en la COP 21 den mejores
resultados, convirtiendo los discursos políticamente correctos en acciones
concretas y suficientes. Estas acciones configuran una estrategia de “alta
tecnología”, como Allan Savory las describe. No hay dudas que la reducción de
emisiones es un desafío tecnológico, sumado a fuertes desafíos en términos de
educación, normativa y ajustes de la economía mundial. Aunque estas estrategias
resultaran muy exitosas, es improbable que puedan mitigar el cambio climático sin
tener una estrategia de igual dimensión que apunte a desarrollar los sumideros:
los pastizales, tierras de cultivo y bosques del mundo. Emitir menos es crucial,
pero también lo es sacar el carbono excedente del aire y guardarlo en forma segura
en el suelo.
Los pastizales bien manejados son el principal sumidero de carbono del mundo.
Sacan carbono del aire mediante la fotosíntesis y lo almacenan en la materia
orgánica del suelo. De hecho, los pastizales generaron los mejores suelos
cultivables del planeta, incluyendo la llanura pampeana. La ganadería
regenerativa es capaz de recuperar la estructura y función de los pastizales y
convertirlos en verdaderas “bombas de carbono”. Un trabajo publicado
recientemente en Estados Unidos por expertos de distintas Universidades revela
que la ganadería regenerativa podría convertir a la agricultura estadounidense,
actualmente una fuente de emisiones, en un sumidero capaz de secuestrar entre
0,3 y 1,1 Gt por año. El mismo cálculo realizado para la Argentina sugiere que
regenerando el 20% de los pastizales del país sería posible secuestrar casi el doble
de las emisiones netas del país (0,16 Gt según el Banco Mundial), convirtiendo a la
Argentina en un país que no solamente secuestra todo lo que emite, sino que
presta un servicio vital a la humanidad por el cual debería ser retribuído. La
estrategia de fortalecer los sumideros es todo un desafío, pero sin dudas es mucho
más simple y realizable que la de reducir emisiones. Por otra parte, es una
estrategia que se paga a si misma con otros efectos de importancia equivalente:
aumento de la biodiversidad y preservación de hábitats para la flora y fauna,
regulación de la cantidad y calidad de agua en las cuencas, mayor producción de
alimentos y fibras en lugares que no son aptos para cultivos, reducción de la
pobreza rural, rentabilidad y resiliencia en los sistemas ganaderos y mixtos, mayor
cantidad de productos para las industrias procesadoras, productos naturales mas
sanos , y mantenimiento de la población y las comunidades en el medio rural con
alta calidad de vida. Los productores regenerativos pasarán a tener un rol
trascendente en la solución del cambio climático En este contexto, no caben dudas
que será crucial para los gobiernos y agencias multilaterales desarrollar
mecanismos explícitos para promover y retribuir tan vitales servicios.
Definimos a la regeneración como un proceso de recuperación de los procesos
vitales de los ecosistemas. Esto implica una ganadería capaz de formar suelo en
lugar de perderlo. Requiere aumento de biodiversidad, cobertura de suelo, flujo de
energía, captura y regulación del agua de lluvia y aumento del contenido de
carbono en el suelo. La regeneración puede evaluarse objetivamente. Ovis 21
desarrolló junto con The Nature Conservancy un Estándar de Pastoreo
Regenerativo y Sustentable (GRASS) que es el mas avanzado en su tipo a escala
mundial. Esta innovación surgida en la Patagonia se aplica hoy en mas de 1,3
millones de hectáreas en Argentina, Chile y otros países. Existen decenas de casos
comprobados donde se produjo regeneración, en ambientes contrastantes como
Tierra del Fuego y el Monte Austral.
El Manejo Holístico, desarrollado por Allan Savory, es un procedimiento de
planificación y toma de decisiones que permite obtener resultados consistentes en
términos de regeneración. A través de una larga experiencia en cinco continentes,
el Manejo Holístico es un procedimiento replicable, que no tiene barreras
culturales o de tamaño de productor, y que representa la forma más exitosa de
ganadería regenerativa. Se planifica el pastoreo imitando a la naturaleza,
manteniendo los animales agrupados y en movimiento como lo harían los
herbívoros primitivos en presencia de predadores. El manejo Holístico es un
procedimiento testeado, basado en principios de manejo adaptativo. Se mete en las
causas profundas de la desertificación: la manera en que los humanos tomamos
decisiones. Así como de hecho los humanos somos una especie creadora de
desiertos, también podemos reverdecerlos. El Antropoceno no tiene porqué ser
una fatalidad: puede ser una oportunidad para recuperar ambientes, paisajes,
economías, salud y calidad de vida.
Los consumidores tienen un rol central Si están bien informados pueden alterar la
forma en que se producen alimentos y fibras. La integración de las cadenas de
valor con trazabilidad y verificación de resultados ambientales es esencial para
que los consumidores puedan dar señales positivas que promuevan la ganadería
regenerativa. Tienen la capacidad de romper la indiferencia, actitud que junto con
las malas prácticas es responsable de la situación existente. Los consumidores se
expresan con sus compras y sus opiniones, y tienen el poder de realizar cambios
profundos en sistemas que parecen inalterables. No caben dudas que el futuro
cercano requerirá consumidores escogiendo productos naturales y regenerativos,
con servicios ambientales verificados.
paisaje y la vida del planeta, a velocidad creciente. Además de ser considerado por
varios autores un partícipe necesario de la extinción masiva de la Mega fauna del
Pleistoceno (mamuts, milodones, gliptodontes, mastodontes, etc), el hombre se las
ingenió para incrementar exponencialmente las emisiones de carbono y destruir
sistemáticamente sus sumideros terrestres.
Hasta ahora, las eras geológicas eran consecuencia de fenómenos naturales, lentos
e inmanejables para las criaturas vivientes. Hoy los científicos dan por inaugurado
el Antropoceno, la era geológica donde los humanos somos la principal fuerza
interviniente. No es para estar muy orgullosos por esto, como veremos mas
adelante. El aumento de la concentración de gases en la atmósfera produce efecto
invernadero y la temperatura media del planeta se eleva incesantemente
generando lo que llamamos “calentamiento global”. Las consecuencias se perciben
claramente en la alteración del patrón de lluvias: sequías prolongadas seguidas de
eventos de lluvia o nieve de excepcional intensidad, con aumento de la frecuencia e
intensidad de inundaciones. En este contexto aumentan los riesgos de escasez de
agua y alimentos en muchos países y se incrementan el riesgo de la agricultura y la
economía del planeta. El pH de los océanos baja, por absorción de CO2 en forma de
ácido carbónico, y esto causa la pérdida de aproximadamente 30% de los arrecifes
de coral del planeta. El incremento de la temperatura provoca el aumento del
volumen de los mares y el derretimiento de los casquetes polares. El fenómeno es
mucho mayor en el Artico, donde se espera que para fines del presente siglo ya no
se encuentre hielo. De continuar la actual tendencia, en menos de dos siglos
tendremos las masas de hielo continental y ambos casquetes polares derretidos. El
nivel del agua del mar ya tiene un aumento medible. Los modelos predictivos
estiman que para 2100 el mar podría ascender entre 0,5 y 2,2 metros. Esto pone en
situación de emergencia a miles de ciudades y poblaciones que están construidas
en cotas muy bajas. Para cuando se derritan los casquetes polares, se estima que el
mar aumentará 70 metros. Según el National Geographic, cuando esto suceda
Buenos Aires quedará en el fondo de una bahía que incluirá buena parte de la
cuenca del Plata y llegará hasta Asunción del Paraguay.
El Antropoceno, la era que vivimos, presenta una amenaza catastrófica para el
mundo. La humanidad deberá tomar decisiones muy importantes en poco tiempo,
con el desafío y las dificultades que esto implica.
Porqué aumenta el CO2 atmosférico?
La creencia generalizada es que la causa del aumento del CO2 es la emisión de
gases debido al consumo de combustibles fósiles para las actividades humanas
(energía domiciliaria, transporte, industria). Esto es real pero parcial. Emitimos
cada vez más, pero las emisiones tienen varios orígenes. Otras causas relevantes
son la deforestación y cambio de uso de la tierra, la agricultura con tecnología
inapropiada, la desertificación del 80% de las tierras de pastoreo, el uso
indiscriminado del fuego, y el inadecuado manejo de los residuos y efluentes de las
ciudades.
Las emisiones son como canillas abiertas echando agua en una bañadera. Lo que
pocos miran es que además de la canilla abierta está el desague tapado. El
problema no son solo las emisiones, sino también el estado lastimoso de los
sumideros. El lugar original del carbono atmosférico es el suelo. Según Retallak,
antes de la aparición de la especie humana los suelos del planeta tenían unos 400
Gt más de carbono, que hoy están en el aire. Esto equivale a unos 200 ppm de CO2.
No solamente emitimos cada vez mas, también destruímos los suelos que son los
sumideros de carbono más importantes.
Cuales son las estrategias que permiten mitigar el cambio climático?
Desde el Protocolo de Kyoto en adelante, el foco de la mitigación fue puesto en
reducir emisiones. Por supuesto que sustituir a los combustibles fósiles y
rediseñar la ecuación de generación y consumo de energía de la humanidad es un
desafío gigantesco e imprescindible. Los resultados hasta el momento han sido
nulos (las emisiones globales post Kyoto aumentaron en lugar de disminuir) y
esperamos que los acuerdos alcanzados en París en la COP 21 den mejores
resultados, convirtiendo los discursos políticamente correctos en acciones
concretas y suficientes. Estas acciones configuran una estrategia de “alta
tecnología”, como Allan Savory las describe. No hay dudas que la reducción de
emisiones es un desafío tecnológico, sumado a fuertes desafíos en términos de
educación, normativa y ajustes de la economía mundial. Aunque estas estrategias
resultaran muy exitosas, es improbable que puedan mitigar el cambio climático sin
tener una estrategia de igual dimensión que apunte a desarrollar los sumideros:
los pastizales, tierras de cultivo y bosques del mundo. Emitir menos es crucial,
pero también lo es sacar el carbono excedente del aire y guardarlo en forma segura
en el suelo.
Los pastizales bien manejados son el principal sumidero de carbono del mundo.
Sacan carbono del aire mediante la fotosíntesis y lo almacenan en la materia
orgánica del suelo. De hecho, los pastizales generaron los mejores suelos
cultivables del planeta, incluyendo la llanura pampeana. La ganadería
regenerativa es capaz de recuperar la estructura y función de los pastizales y
convertirlos en verdaderas “bombas de carbono”. Un trabajo publicado
recientemente en Estados Unidos por expertos de distintas Universidades revela
que la ganadería regenerativa podría convertir a la agricultura estadounidense,
actualmente una fuente de emisiones, en un sumidero capaz de secuestrar entre
0,3 y 1,1 Gt por año. El mismo cálculo realizado para la Argentina sugiere que
regenerando el 20% de los pastizales del país sería posible secuestrar casi el doble
de las emisiones netas del país (0,16 Gt según el Banco Mundial), convirtiendo a la
Argentina en un país que no solamente secuestra todo lo que emite, sino que
presta un servicio vital a la humanidad por el cual debería ser retribuído. La
estrategia de fortalecer los sumideros es todo un desafío, pero sin dudas es mucho
más simple y realizable que la de reducir emisiones. Por otra parte, es una
estrategia que se paga a si misma con otros efectos de importancia equivalente:
aumento de la biodiversidad y preservación de hábitats para la flora y fauna,
regulación de la cantidad y calidad de agua en las cuencas, mayor producción de
alimentos y fibras en lugares que no son aptos para cultivos, reducción de la
pobreza rural, rentabilidad y resiliencia en los sistemas ganaderos y mixtos, mayor
cantidad de productos para las industrias procesadoras, productos naturales mas
sanos , y mantenimiento de la población y las comunidades en el medio rural con
alta calidad de vida. Los productores regenerativos pasarán a tener un rol
trascendente en la solución del cambio climático En este contexto, no caben dudas
que será crucial para los gobiernos y agencias multilaterales desarrollar
mecanismos explícitos para promover y retribuir tan vitales servicios.
Qué es la ganadería regenerativa?
Definimos a la regeneración como un proceso de recuperación de los procesos
vitales de los ecosistemas. Esto implica una ganadería capaz de formar suelo en
lugar de perderlo. Requiere aumento de biodiversidad, cobertura de suelo, flujo de
energía, captura y regulación del agua de lluvia y aumento del contenido de
carbono en el suelo. La regeneración puede evaluarse objetivamente. Ovis 21
desarrolló junto con The Nature Conservancy un Estándar de Pastoreo
Regenerativo y Sustentable (GRASS) que es el mas avanzado en su tipo a escala
mundial. Esta innovación surgida en la Patagonia se aplica hoy en mas de 1,3
millones de hectáreas en Argentina, Chile y otros países. Existen decenas de casos
comprobados donde se produjo regeneración, en ambientes contrastantes como
Tierra del Fuego y el Monte Austral.
El Manejo Holístico, desarrollado por Allan Savory, es un procedimiento de
planificación y toma de decisiones que permite obtener resultados consistentes en
términos de regeneración. A través de una larga experiencia en cinco continentes,
el Manejo Holístico es un procedimiento replicable, que no tiene barreras
culturales o de tamaño de productor, y que representa la forma más exitosa de
ganadería regenerativa. Se planifica el pastoreo imitando a la naturaleza,
manteniendo los animales agrupados y en movimiento como lo harían los
herbívoros primitivos en presencia de predadores. El manejo Holístico es un
procedimiento testeado, basado en principios de manejo adaptativo. Se mete en las
causas profundas de la desertificación: la manera en que los humanos tomamos
decisiones. Así como de hecho los humanos somos una especie creadora de
desiertos, también podemos reverdecerlos. El Antropoceno no tiene porqué ser
una fatalidad: puede ser una oportunidad para recuperar ambientes, paisajes,
economías, salud y calidad de vida.
Cuál es el rol de los consumidores?
Los consumidores tienen un rol central Si están bien informados pueden alterar la
forma en que se producen alimentos y fibras. La integración de las cadenas de
valor con trazabilidad y verificación de resultados ambientales es esencial para
que los consumidores puedan dar señales positivas que promuevan la ganadería
regenerativa. Tienen la capacidad de romper la indiferencia, actitud que junto con
las malas prácticas es responsable de la situación existente. Los consumidores se
expresan con sus compras y sus opiniones, y tienen el poder de realizar cambios
profundos en sistemas que parecen inalterables. No caben dudas que el futuro
cercano requerirá consumidores escogiendo productos naturales y regenerativos,
con servicios ambientales verificados.